Presenta un color rojo cereza intenso y brillante con finas lágrimas.
Despliega aromas balsámicos muy frescos, evocando notas especiadas y de fruta roja.
En boca es fresco y fácil de beber, con un paso ligero y un final balsámico persistente.
14-16 ºC
Ideal para acompañar carnes rojas a la brasa o guisos tradicionales. También marida bien con quesos curados.
Sumérjase en la esencia de la Garnacha más pura con el Mastines Garnacha Salvaje 2015, una expresión genuina de la tierra y la pasión de Pago los Balancines. Este vino tinto crianza no es solo una bebida, sino una invitación a experimentar la singularidad de una uva noble cultivada con esmero en el corazón de Extremadura.
El Mastines Garnacha Salvaje 2015 nace de la visión y el profundo conocimiento de Pago los Balancines, una bodega emblemática situada en la Denominación de Origen Ribera del Guadiana, en España. Esta región, bañada por el río Guadiana, ofrece un terroir privilegiado, caracterizado por su clima continental con influencias atlánticas y mediterráneas, y suelos que confieren a las uvas una complejidad y carácter únicos.
La elección de la Garnacha como protagonista de este vino no es casual. En Pago los Balancines, se cultiva esta variedad con un respeto ancestral, permitiendo que revele su máximo potencial. Cada botella de Mastines Garnacha Salvaje 2015 es un reflejo de este compromiso con la tierra y la tradición, un tributo a la sabiduría de generaciones de viticultores.
La colección «Mastines» de Pago los Balancines, de la cual forma parte este Garnacha Salvaje, es un emotivo homenaje a los guardianes de su propiedad, los perros mastines que forman parte de su criadero. Este vínculo emocional entre la tierra, los animales y el vino añade una capa de significado a cada sorbo, conectándonos con la filosofía de la bodega.
El Mastines Garnacha Salvaje 2015 se elabora exclusivamente con uvas 100% Garnacha. Esta monovarietalidad permite que las características intrínsecas de la cepa brillen con intensidad, ofreciendo una experiencia gustativa auténtica y sin artificios.
La vendimia se realiza en el punto óptimo de maduración, seleccionando los mejores racimos para asegurar la calidad del mosto. El proceso de vinificación se enfoca en preservar la frescura y la franqueza de la fruta, permitiendo que la Garnacha exprese su carácter salvaje y vibrante.
Como vino tinto crianza, el Mastines Garnacha Salvaje 2015 ha pasado un período de maduración en barrica que le ha permitido redondear sus taninos y desarrollar una complejidad aromática adicional. Este paso por madera, llevado a cabo con maestría, realza las notas frutales sin opacarlas, creando un equilibrio armonioso.
La Garnacha es una uva versátil que encuentra en la Ribera del Guadiana un hogar ideal. Las condiciones climáticas y edáficas de la región favorecen el desarrollo de uvas con una piel gruesa, ricas en antocianos y taninos, lo que se traduce en vinos con color intenso, aromas penetrantes y una estructura elegante.
En este caso, la Garnacha se presenta en su versión más «salvaje», sugiriendo un carácter indomable, pero a la vez accesible y placentero. Es un vino que invita a ser descubierto, a dejarse seducir por su personalidad.
El Mastines Garnacha Salvaje 2015 es un vino con una personalidad definida que se presta a una amplia gama de ocasiones. Su carácter fresco y balsámico, junto con una estructura bien lograda, lo convierte en un compañero ideal para momentos de disfrute y tertulia.
Es un vino que invita a la conversación, perfecto para compartir con amigos y familiares en reuniones informales o celebraciones más íntimas. Su versatilidad lo hace apto para acompañar diversas experiencias gastronómicas, realzando los sabores y creando recuerdos memorables.
Este vino es una invitación a la relajación, a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Su facilidad de beber, mencionada como una de sus cualidades distintivas, lo convierte en una opción segura y placentera para cualquier amante del buen vino.
Para asegurar que el Mastines Garnacha Salvaje 2015 conserve todas sus cualidades a lo largo del tiempo, es fundamental almacenarlo en las condiciones adecuadas. Mantener la botella en un lugar fresco, con una temperatura constante y alejada de la luz directa del sol, es crucial.
La temperatura ideal de conservación se sitúa entre los 12°C y los 16°C. Evitar cambios bruscos de temperatura es importante para no alterar la estructura del vino y preservar su frescura y sus aromas delicados.
Aunque es un vino diseñado para ser disfrutado en su juventud y frescura, una correcta conservación permitirá que mantenga su carácter vibrante y sus notas balsámicas durante un tiempo razonable. El formato de botella de 75 cl. es el estándar para su disfrute, asegurando la dosis perfecta para cada ocasión.