Presenta un color pajizo pálido, brillante y con una lágrima fina y escasa.
En nariz, despliega aromas delicados a levadura, notas salinas y un toque yodado que recuerda al mar.
En boca es fresca, seca y con una mineralidad marcada, dejando una persistencia agradable y salina.
8-10 ºC
Ideal para acompañar mariscos, pescados blancos a la plancha, aceitunas, quesos curados y tapas variadas.
La Manzanilla Gabriela se presenta como la joya de la corona de Bodegas Barrero, un vino que encapsula la esencia pura y la tradición de la Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. Desde su primera impresión, este vino nos transporta a la costa gaditana, evocando la brisa marina y la singularidad de un terruño bañado por el Atlántico y la influencia del Parque Nacional de Doñana. Es un vino que invita a la contemplación y al disfrute, un auténtico reflejo del clasicismo y la maestría en la elaboración de vinos de Jerez.
Bodegas Barrero, una bodega arraigada en la histórica localidad de Sanlúcar de Barrameda, es sinónimo de calidad y respeto por la tradición vinícola de la región. Con una larga trayectoria marcada por la dedicación a la elaboración de vinos generosos, Barrero ha sabido conjugar la sabiduría ancestral con técnicas modernas para ofrecer vinos que conquistan paladares exigentes. La Manzanilla Gabriela es un claro exponente de esta filosofía, un vino que lleva consigo el legado de generaciones de viticultores y enólogos comprometidos con la excelencia.
La ubicación estratégica de Bodegas Barrero, a orillas de la desembocadura del río Guadalquivir y con la inmensidad del Océano Atlántico como telón de fondo, confiere a sus vinos una personalidad única. Este entorno privilegiado, con sus microclimas y suelos específicos, es fundamental para el desarrollo de la uva y la posterior crianza de la Manzanilla, dotándola de sus características notas salinas y yodadas.
La Manzanilla Gabriela se elabora exclusivamente a partir de uvas 100% Listán Blanco, una variedad autóctona que encuentra en el Marco de Jerez su máximo exponente. La selección de la uva, cultivada en los viñedos más selectos de la denominación, es el primer paso crucial para garantizar la calidad del vino final. Tras la vendimia, las uvas son sometidas a un cuidadoso proceso de vinificación que busca preservar la frescura y la delicadeza del mosto.
La crianza de la Manzanilla Gabriela se lleva a cabo bajo velo de flor, un proceso biológico característico de esta tipología de vino. Bajo la capa de levaduras, las manzanillas desarrollan su complejidad aromática y gustativa, adquiriendo esas notas características de almendra amarga, levadura y un inconfundible toque salino. La paciencia y el saber hacer de los enólogos de Bodegas Barrero son esenciales para guiar esta crianza, respetando los tiempos de maduración y asegurando que cada botella ofrezca la máxima expresión del terruño y de la variedad Listán Blanco.
El resultado es un vino de 15.0% de alcohol, un equilibrio que aporta cuerpo y persistencia sin sacrificar la elegancia. Su formato de botella de 75 cl. es el estándar para compartir y disfrutar en cualquier ocasión.
La versatilidad gastronómica de la Manzanilla Gabriela la convierte en una elección acertada para una amplia gama de ocasiones. Su carácter fresco y su delicada salinidad la hacen ideal para acompañar platos que realzan su complejidad sin ser opacados. Es un vino que invita a la conversación y al disfrute de la buena mesa, elevando cada bocado a una experiencia sensorial.
Imaginemos una reunión informal con amigos, donde la Manzanilla Gabriela puede abrir el apetito y maridar a la perfección con una selección de tapas variadas. Su capacidad para complementar desde unos sencillos aceitunas aliñadas hasta unas gambas al ajillo o unas ostras frescas, demuestra su excepcional adaptabilidad.
Además, su frescura y su toque yodado la convierten en una aliada insuperable para pescados blancos a la plancha o al horno, mariscos y arroces marineros. La Manzanilla Gabriela tiene la particularidad de realzar los sabores del mar, creando una armonía perfecta que deja un recuerdo agradable y persistente.
Para disfrutar de la Manzanilla Gabriela en su máximo esplendor, es fundamental prestar atención a su conservación. Al tratarse de un vino generoso, sensible a la oxidación una vez abierta, se recomienda mantener las botellas cerradas herméticamente en un lugar fresco y oscuro. La temperatura ideal de conservación se sitúa entre los 12°C y los 16°C.
Una vez abierta, si no se consume en su totalidad, se aconseja volver a taparla cuidadosamente y guardarla en el frigorífico. De esta manera, se podrá prolongar su disfrute durante un par de días, permitiendo apreciar cómo sus matices evolucionan ligeramente, aunque siempre conservando su esencia.
La Manzanilla Gabriela, con su precio accesible de 9.9, ofrece una oportunidad excepcional para explorar la autenticidad de la Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. Es un vino que demuestra que la calidad y la tradición pueden estar al alcance de todos los amantes del buen vino.